Ingredientes para cuatro personas:
- 8 huevos
- 750 gramos de patatas
- 500 gramos de cebolla
- Sal
- Aceite
- En primer lugar pelamos las patatas, las cortamos a la mitad a lo largo y cada una de las mitades en cuartos también a lo largo. Entonces juntamos los dos cuartos correspondientes a una mitad y vamos cortando lonchas ni muy finas ni muy gruesas de un extremo a otro de la patata. En el caso de la cebolla, la picamos en juliana fina. Calentamos aceite y añadimos la cebolla; esperamos hasta que tenga un ligero tono dorado (quiere decir que los azúcares o hidratos de carbono de la cebolla empiecen a caramelizar), momento en el que añadimos la patata. Es muy importante que la patata esté cubierta de aceite para que se cocine bien; si faltase aceite se lo añadimos y subimos el fuego para recuperar la temperatura perdida. Es muy importante pochar (disponer un alimento en un liquido que está caliente pero sin llegar a freír en caso de aceite, o hervir en caso de agua) la patata para que se ablande pero sin que llegue a convertirse en un puré, por lo que llevaremos el aceite a una temperatura próxima a la de fritura pero nunca llegaremos a freír (además si la temperatura del aceite no es la correcta el género se empapa de grasa; la patata no debe tomar color durante este proceso). Cuando las patatas están tiernas sí que subimos el fuego y las freímos ligeramente; no se trata de freír patatas sino de dorarlas lo justo para que las reacciones de caramelización de los hidratos de carbono tengan lugar.
- Escurrimos las patatas y la cebolla del aceite y sazonamos con sal. Por otra parte batimos los huevos en un recipiente grande; resulta útil cascarlos en un recipiente pequeño y de uno en uno antes de añadirlos al recipiente grande, para asegurarnos que los huevos están en perfecto estado y para poder retirar restos de cáscaras que puedan caer sin ninguna dificultad (no será la primera vez que el octavo huevo esté malo, contamine a los otros siete y haya que tirarlos todos). Una vez batidos los huevos, los sazonamos con sal y no al revés. Cuando la patata junto con la cebolla está tibia, ya que es importante que el huevo no cuaje todavía, la añadimos al huevo batido y removemos para que la patata y la cebolla se impregnen del huevo.
- El último proceso es el cuajado de la tortilla. A priori puede parecer complicado pero siguiendo unas pautas no tiene porque haber problemas. La primera y más clara es que debemos usar una sartén antiadherente y hay que lubricarla con unas cucharadas del aceite de la patata y la cebolla (el aceite sobrante después de colarlo podemos usarlo para hacer más tortillas o freír patatas). Cuando el aceite está muy caliente añadimos la mezcla, y salteamos y hacemos movimientos circulares con la sartén los primeros segundos. A continuación, mientras se va cuajando y dorando la tortilla le vamos dando forma redonda a los bordes con una espumadera. Con un plato de diámetro más grande que el de la sartén se le da la vuelta sin miedos ni dubitaciones para seguir dorando y cuajando por la otra cara. Para sacarla ponemos el plato encima de la sartén y damos la vuelta; el tiempo de cuajado dependerá de si os gusta más o menos hecha, aunque si la vais a dejar poco hecha debéis usar huevo pasteurizado.
Tortilla española, (típica comida de picnic)